miércoles, 27 de junio de 2018

¿Y AHORA QUÉ...?

  Mi experiencia me dice que el agobiar al alumnado con muchas tareas escolares durante este largo periodo vacacional no solo no ayuda en su formación integral sino que puede generar un efecto rebote poco alentador, esta es la mejor época para que el alumno descanse física y emocionalmente.  Vayamos por partes, en infantil nunca los recomendaría ya que es la etapa del juego desestructurado y no del aprendizaje formal.  En cuanto a la etapa que nos ocupa de primaria los deberes son aconsejables para recuperar la autoestima del niño con áreas suspensas y así evitar en lo posible que vaya siempre detrás de sus compañeros durante el próximo curso, eso si, nunca debe ser visto como algo obligatorio y mucho menos contar con una nota negativa si no se hacen, ya  que así solo conseguiremos que aborrezcan los estudios.
   El verano es el momento ideal para aprender cosas nuevas que por la rutina del curso escolar se dejan de lado: juegos de equipo que les permitan desarrollarse, negociar, seleccionar amistades, desempeñar roles; Juegos de mesa que impliquen contenidos de arte, matemáticas,..; excursiones en plena naturaleza, visitas a museos donde se le expliquen detalles o curiosidades de interés; leer libros que les gusten, hacer experimentos sin riesgo... En definitiva debemos apostar por que pasen más tiempo en familia y hacer que se sientan queridos de forma incondicional.

  Si se mandan deberes durante el curso y aún más en vacaciones debe hacernos reflexionar si el método aplicado en clase es el más efectivo para que los alumnos aprendan, de hecho en Finlandia (país puntero en educación) es donde menos deberes hay.

ACTIVIDADES DE VERANO

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